15 de Diciembre de 2008 pasará a la historia económica y comercial del país, como una fecha en la que recordemos que la improvisación y los dictados de las ONG transnacionales antiglobalizadoras llevaron las relaciones económicas internacionales de Bolivia por un camino equivocado y afectaron los intereses económicos de Bolivia, especialmente la conservación de fuentes de trabajo estables.
Un día negro para las exportaciones bolivianas y fundamentalmente un día negro para los trabajadores fabriles de Bolivia, se ha perdido uno de los mejores mercados del mundo, el mercado de los Estados Unidos de América. ¿Por qué es uno de los mejores del mundo?
Porque el poder adquisitivo de los consumidores norteamericanos es uno de los más altos a nivel internacional. Por cada 100 dólares que gasta un consumidor norteamericano, los consumidores latinoamericanos no gastan más de 25 dólares, en el caso de Bolivia un consumidor gasta 5 dólares.
La Comisión Económica para América Latina ha destacado en varios estudios, que el mercado de trabajo representa el eslabón principal entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, por este motivo todos los países se esmeran por conservar e incrementar los puestos de trabajo.
A esto se debe añadir, que los trabajadores de las empresas exportadoras de manufacturas crearon “empleo en condiciones de seguridad”, lo que significa la necesidad de proteger la salud de los trabajadores, así como proveerles pensiones y protección social adecuadas, teniendo en cuenta que en Bolivia solamente un 15% de los trabajadores tienen una cobertura de la seguridad social.
Un país pobre como Bolivia no puede darse el lujo de poner en riesgo sus fuentes de trabajo y menos perderlas, ya que nuestro país es el que tiene el mayor índice de dependencia formal en América Latina, en él que cada trabajador formal tiene alrededor de 10 dependientes .
Según el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) el desempleo alcanzó un 11.6% en la ciudad de La Paz y un 13.5% en El Alto durante el año 2008, las dos ciudades que se benefician del 95% de las preferencias otorgadas por el ATPDEA. “Sobre lo mojado llovido”, esas altas tasas de desempleo se incrementarán aún más por la pérdida del ATPDEA. ¿No son estas dos ciudades las que le dieron un respaldo mayoritariamente al Gobierno de Evo Morales? Ironías del destino, “mientras más te apoyo más me golpeas”, estarán pensando las y los trabajadores paceños y alteños.
El sector exportador tiene alrededor de unas 770 empresas , de las cuales 94 son empresas exportadores del sector textil que tenían como mercado los Estados Unidos y ahora su futuro es incierto, ya que deben pagar entre 16% y 19% de aranceles, frente a otros países latinoamericanos como Perú, Colombia o los centroamericanos que no pagan esos aranceles. Nuestras exportaciones han perdido competitividad, aunque el Gobierno se esmere en afirmar que con el crédito de 8 millones de dólares las empresas podrán pagar esos aranceles. Ese es un crédito que debe ser pagado por las empresas exportadoras de prendas de vestir de algodón, lo que significa endeudarse e incrementar sus costos financieros.
Lo más importante en esta situación son los fabriles, aquellas bolivianas y bolivianos que con un trabajo de calidad reconocido internacionalmente, ya que el fruto de su trabajo fue reconocido en uno de los mercados más exigentes del mundo, él de los Estados Unidos.
Mientras la gran mayoría de los países hacen frente a la crisis financiera y económica internacional preservando los mercados conquistados y tratando de abrir nuevos mercados, en Bolivia “sustituimos mercados”, el de los Estados Unidos por el de Venezuela.
No faltó una ministra que trató de engañar a la población boliviana señalando que ahora el sector textil exportador está a salvo, ya que reemplazaremos a la transnacional Polo Ralph Lauren Corporation de los Estados Unidos con el Grupo Ovejita de Venezuela. Ella trató de explicar lo inexplicable, que un acuerdo político con Venezuela es el futuro de la industria textil boliviana a largo plazo.
La transnacional Polo Ralph Lauren Corporation tiene contratos con más de 350 empresas manufactureras a través del mundo, entre ellas se cuentan empresas bolivianas, las que le producen sus confecciones exclusivas para un sector de consumidores exigentes. Esta transnacional tiene más de 280 tiendas en los Estados Unidos y ha concedido licencia en más de 100 países del mundo.
Mientras que el Grupo Ovejita de Venezuela es un consorcio de cuatro empresas que sólo se dedica a la producción y venta de productos textiles dentro de Venezuela o sea que es una competidora de nuestras empresas exportadoras. La sugerencia de que hacer negocios con el Grupo Ovejita de Venezuela es más digno y soberano, que con la transnacional Polo de Ralph Lauren, es tratar de introducir elementos políticos ideológicos fuera de contexto, en temas netamente comerciales y desconocer totalmente las oportunidades del comercio internacional que brinda ser suministrador de esa transnacional.
¿Cómo podemos hablar de dignidad y soberanía, cuando estamos condenando al desempleo a miles de trabajadores fabriles? ¿Desde cuándo existe dignidad y soberanía a costa de convertir en indigna la vida de trabajadores que ganan sus sustento diario con el esfuerzo de su trabajo?
Bolivia comenzó a recorrer un camino muy peligroso al cerrar sus ojos a actividades condenadas por la comunidad internacional a través de acuerdos en el marco de las Naciones Unidas y despreciar emprendimientos formales y lícitos que dan trabajo a miles de bolivianas y bolivianos honrados.
15 de diciembre de 2008 es un día negro en la historia económica y comercial de Bolivia, especialmente en la estabilidad laboral de compatriotas, que ven amenazadas sus fuentes de trabajo por la política exterior irresponsable del Gobierno de Evo Morales.
Los empleados de las ONG transnacionales y antiglobalizadoras deciden la suerte de las fuentes laborales de los trabajadores fabriles bolivianos
La historia juzgará a los responsables