domingo, 30 de septiembre de 2018

BOLIVIA DESPUÉS DE LA HAYA - ¿CHOVINISMO O DIPLOMACIA REALISTA?



Julio G. Alvarado A.
Candidato a doctor

Sun Tzu afirma en el “Arte de la Guerra”, “conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla” (1). 

El gran desafío que tiene Bolivia después del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya es conocerse a sí misma. No podemos ingresar a una nueva fase de relacionamiento con Chile, si nosotros mismos no conocemos nuestras fortalezas y principalmente nuestras debilidades.

Por más que el fallo sea favorable a Bolivia, nuestro país no puede sentarse en una mesa de negociación, si antes no encara tres tareas internas fundamentales, caso contrario no seremos exitosos.

i)                    Restablecer el sistema democrático.
ii)                  Un gran pacto social nacional y
iii)                La institucionalización del servicio exterior.

No es la negociación con Chile, no; es la oportunidad de relanzar a Bolivia al siglo XXI, pero también existe el riesgo de retroceder al siglo XIX. Todo dependerá si nos cobijamos en el chauvinismo o aplicamos una diplomacia realista.

Retroceder al siglo XIX es muy fácil, seguir alimentando esa tendencia nefasta del chovinismo, que está presente en parte de nuestra sociedad y fomentada por el gobierno, esa “exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero” (2). Pensar que el mundo se asombra de lo que sucede en Bolivia, que somos la preocupación del imperio norteamericano, que Chile está acorralada, derrotada por nuestro país, que está obligada a ceder una salida soberana al Océano Pacífico en un corto plazo.

Restablecer el sistema democrático.- La diplomacia realista parte de nuestras debilidades, constatar que la sociedad boliviana está dividida, entre las fuerzas democráticas que defienden la vigencia de la Constitución Política del Estado, el Estado de Derecho y la voluntad del soberano expresado en las urnas el 21 de febrero de 2016; y las fuerzas gubernamentales que se aferran al poder y tratan por todos los medios de perpetuarse en el Palacio de Gobierno.

Sun Tzu dijo: “la Ley Moral hace que la gente esté completamente de acuerdo con el conductor, de tal manera que lo seguirán sin tener en cuenta sus propias vidas y sin dejarse amedrentar por ningún peligro”... “El Comandante representa las virtudes de la sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y rigor” (1).



El actual gobierno ha perdido la capacidad de aglutinar monolíticamente a toda la sociedad boliviana detrás del tema marítimo y esto se expresa en las constantes críticas que recibe de fuerzas políticas de oposición, de los colectivos ciudadanos al respecto, y de la dificultad que tuvo para organizar la delegación para viajar a La Haya en las dos últimas oportunidades.

Esta división de la sociedad boliviana nos pone en una posición negociadora desventajosa frente a Chile, división que ya está siendo utilizada por el país vecino, que podría ser una excusa para no iniciar ninguna negociación con Bolivia, hasta que se restablezca el sistema democrático en el país.

La política de Estado está amenazada de convertirse en una política gubernamental, la debilidad del gobierno lo obliga a convertir la reivindicación marítima en un instrumento político partidario para recuperar el apoyo ciudadano perdido. Diversas declaraciones de altas autoridades son una prueba de esa tendencia, al descalificar las acciones de anteriores gobiernos y resaltar que recién en la administración actual se logró un triunfo internacional, por lo que la continuidad gubernamental es la clave del éxito frente a Chile.

Si no restablecemos el sistema democrático en Bolivia, el gobierno no tendrá la legalidad y legitimidad para encarar una negociación exitosa, es más, hasta podría ser una causa utilizada por Chile para no iniciar negociaciones.

El gran pacto social nacional.- Una negociación significa dar y recibir, CEDER y obtener ventajas, considerar los intereses de ambas partes. La experiencia histórica nos enseña que Chile siempre planteó un intercambio con Bolivia, por ejemplo, las cartas del año 50 consideraban el trueque de agua dulce por agua salada, el “Abrazo de Charaña” incluía un canje territorial.

Nosotros estamos partiendo que el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya es favorable a Bolivia. ¿Si logramos sentarnos entorno a una mesa de negociación y Chile propone intercambio de gas, territorios, etc., cómo será la respuesta de los ciudadanos de los diferentes departamentos que se sientan afectados por esas compensaciones?

Ante esa situación debe existir un pacto social a nivel nacional para abordar esos desafíos. Sin embargo, un pacto social nacional sólo se lo puede realizar en el marco democrático.

La institucionalización del Servicio Exterior de Bolivia.- Lamentablemente, el actual gobierno ha desinstitucionalizado el Ministerio de Relaciones Exteriores, los esfuerzos que se realizaron en gobiernos anteriores para tener un equipo diplomático profesional, al servicio del Estado y no de los gobiernos de turno, fueron echados por la borda al priorizar la militancia política partidaria frente al profesionalismo.

El relativo éxito logrado hasta el momento en La Haya, fue producto del apoyo de un equipo de juristas internacionales y de un pequeño grupo de destacados compatriotas, que no son del Ministerio de Relaciones Exteriores y tampoco militantes del partido de gobierno. Por lo tanto, el papel de la Cancillería fue prácticamente mínimo.

Independientemente del fallo de La Haya, se requiere de un equipo diplomático de alto nivel que encare los desafíos Post Haya, primero, para restablecer un relacionamiento planificado, que no esté sujeto a la coyuntura política interna de Bolivia, segundo, crear una atmósfera de confianza y entendimiento con Chile (iniciar una negociación para plantear la negociación del tema de fondo) para iniciar recién un proceso de negociación sobre nuestra demanda marítima.

Sin un servicio exterior institucionalizado no tendremos éxito. Sun Tzu afirmaba: “entonces, el general que gana un a batalla medita largamente antes de que esa batalla se lleve a cabo. El general que pierde una batalla realiza muy pocos cálculos de antemano. Por lo tanto, muchas evaluaciones conducen a la victoria y pocas a la derrota” (1).

El retorno al Océano Pacífico con soberanía requiere de una política exterior de Estado.



(1)   Sun Tzu: El Arte de la Guerra
General chino del siglo V antes de nuestra Era.
Bibliografía obligatoria para todo profesional que desea especializarse en relaciones internaciones.
(2)   Diccionario de la Real Academia de la Lengua


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