martes, 28 de julio de 2015

Bolivia y MERCOSUR: Una decisión política e ideológica, no económica



La decisión de ingresar al MERCOSUR fue una decisión política ideológica, que no estuvo sustentada por ningún estudio que evalúe los beneficios y los riesgos del ingreso de Bolivia al MERCOSUR, ni se hicieron las consultas necesarias con los socios con economías más pequeñas de este proceso de integración.

Respecto al comercio bilateral, el MERCOSUR es el principal socio comercial de Bolivia, ya que exporta su producto estrella que es el gas natural, que representa alrededor de un 90% de las exportaciones bolivianas al MERCOSUR, el 10% restante se compone principalmente de otras materias primas o productos no procesados, como torta de soya, bananos, boratos de sodio, frijos, minerales, entre otros. Bolivia exporta alrededor de unos 400 productos, mientras que importa alrededor de unos 3.900 productos del MERCOSUR.

El país importa diesel, barras de hierro, gasolina, harina de trigo, betún, tractores, arroz, fungicidas, polietileno, entre los más importantes.

Por lo tanto, la balanza comercial es negativa desde hace más de una década, si no se considera la exportación de gas natural. Esta situación no es casualidad, es el resultado de lo política proteccionista que aplican Argentina y Brasil.

Las inversiones de MERCOSUR en Bolivia no son representativas, ya que en los últimos 10 años no sobrepasaron de los 100 millones de dólares anuales, con excepción del año 2012 que alcanzaron alrededor de 300 millones de dólares. Estas inversiones se concentraron principalmente en el sector de los hidrocarburos. Los inversionistas extranjeros más importantes en Bolivia son los países europeos, Estados Unidos y Perú.

La deuda externa contraída con los países del MERCOSUR es insignificante, a mayo de 2015 no pasaba del 1,2%.

Desde el punto de vista económico, los países del MERCOSUR no son importantes en la economía boliviana, con excepción de la exportación de gas natural. Sin embargo, para exportar materias primas, gas natural, no se requiere pertenecer a un proceso de integración, como MERCOSUR.

Esta incorporación de Bolivia al MERCOSUR, no mejora las condiciones de exportación, inversión extranjera directa, ni fuentes de financiamiento. Con el acuerdo comercial que se tenía firmado, el Acuerdo de Complementación Económica N° 36 (ACE 36), el país ya había establecido un área de libre comercio con el MERCOSUR.

Las economías de Bolivia y MERCOSUR no son complementarias, por el contrario son competitivas, ya que esos países tienen grandes reservas de hidrocarburos, especialmente Argentina y Brasil.

Los socios más pequeños del MERCOSUR, Paraguay y Uruguay expresan constantemente su decepción del proceso de integración, ya que afirman que beneficia a las economías grandes de Argentina y Brasil. Por eso no es casualidad que Uruguay haya planteado que le permitan negociar individualmente un tratado de libre comercio con los Estados Unidos y se haya inscrito como país observador de la Alianza del Pacífico, al que pertenece Chile, Colombia, México y Perú, un proceso de integración que desea mejorar sus condiciones de inserción en las economías del Asia y del Pacífico.

La decisión boliviana de adherirse al MERCOSUR, como socio pleno, estuvo sustentada fundamentalmente en las afinidades políticas e ideológicas, no en consideraciones económicas de mejorar las condiciones de vida de los bolivianos, como lo hemos podido comprobar en los párrafos anteriores.

Pensar que un proceso de integración se base fundamentalmente en la ideología política del Socialismo del Siglo, es retroceder a la época del la Guerra Fría, en la que el mundo bipolar extremo, basado en la contradicción entre la Unión Soviética y los Estados Unidos de América.

¿Cómo es posible que un país pueda pertenecer a dos procesos de integración totalmente diferentes? La respuesta parece muy simple, pero es la dura realidad, tanto la Comunidad Andina (CAN), como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) se encuentran en una profunda crisis, lo que ha posibilitado que Bolivia forme parte de ambos procesos. Lo que da fortaleza a las instituciones, es el cumplimiento de sus normas, una condición básica que no se cumple en la CAN, ni en el MERCOSUR.

En el ámbito interno, la decisión de adherirse al MERCOSUR ya fue tomada por el Gobierno del Presidente Evo Morales, durante la XVIII Cumbre Presidencial de MERCOSUR, realizada en Brasilia, en la que se firmó el Protocolo. Sin embargo, ese paso no es suficiente, la Constitución Política del Estado determina convocar a un referéndum en caso de ratificar tratados internacionales que incorporan procesos de “integración económica estructural y cesión de competencias institucionales a organismos internacionales o supranacionales, en el marco de procesos de integración”.

Por lo tanto, la población deberé decidir si considera que el MERCOSUR  será beneficioso para mejorar el nivel de vida de los bolivianos o no, si está dispuesta a poner en peligro un importante sector productivo del país: La agroindustria oleaginosa de Santa Cruz.


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