viernes, 11 de mayo de 2012

La violencia se incrementa, el Gobierno de Evo Morales la fomenta

Más de cincuenta heridos en los enfrentamientos de los últimos tres días son el resultado de la protesta del pueblo boliviano en contra del Gobierno. La pregunta que toda la población se plantea es la siguiente: ¿Qué está esperando el Presidente Evo Morales para dar solución a los diferentes problemas sociales? ¿Desea que compatriotas pierdan la vida? ¿Qué sucederá el día de hoy, este tercer día de huelga general de la Central Obrera Boliviana (COB)? La respuesta es lamentablemente muy clara: MÁS VIOLENCIA. No es casualidad que siga creciendo esta espiral de violencia, es una política planificada por el Gobierno del Presidente Evo Morales, que está planteada en forma clara y concisa en el documento publicado por el Vicepresidente Álvaro García Linera en el documento “Las tensiones creativas de la Revolución – La quinta fase del proceso de cambio”. “Quienes crean que las revoluciones son una taza de leche de unanimidad absoluta no saben de lo que hablan, y malinterpretan el término de revolución que lo entienden sólo a través de libros”. “Las revoluciones son flujos caóticos de iniciativas colectivas sociales, impulsos fragmentados que se cruzan, se enfrentan, se suman y articulan para volver a dividirse y cruzarse. Nada está definido de antemano. No se tiene un programa escrito o una propuesta que sea capaz de preveer lo que vendrá”. “Las luchas y contradicciones no pueden pues asustar a los revolucionarios porque son la sangre, el hálito de vida” Todo está fríamente calculado, se debe fomentar la violencia, se debe enfrentar al pueblo boliviano entre sí, “tensiones creativas”, concepto fascista del control total del Estado, creando miedo, zozobra, intimidación, generando caos para acallar a todos aquellos sectores del pueblo boliviano que piensa, interpreta y siente diferente al Gobierno de Evo Morales, de lo que está pasando en la realidad nacional. Los indígenas que se encuentran en la IX Marcha del TIPNIS son agentes del imperialismo, de la oligarquía reaccionaria, pensar y actuar diferente a las políticas del Gobierno significa estar estigmatizado y acosado por los órganos coercitivos del Estado y de los grupos de choque fascistas. El Gobierno de Evo Morales provoca al sector profesional de Bolivia, en su eslabón más débil, los médicos, que en la percepción de la opinión pública no dan un servicio de calidad y calidez humana. Sin embargo, el Gobierno no desea mejorar la salud, no propone una reforma profunda del sistema de salud, lo que apunta es a despedir a miles de médicos para dar trabajo a jóvenes que fueron capacitados en Cuba como promotores de salud, no como médicos. El Gobierno de Evo Morales ataca a la Universidad pública, porque no ha aceptado voluntariamente a violar la autonomía universitaria, a someterse a las directrices gubernamentales para controlarlas. Por el otro lado, fomenta a la universidad privada que le otorga títulos de Doctor Honoris Causa. Una actitud totalmente diferente muestra con los sectores que lo apoyan, por ejemplo al sector empresarial del autotransporte urbano le permitió que paralice por dos días completos, 48 horas que las ciudades de La Paz y El Alto fueron ocupadas por grupos de choque fascistas, que golpeaban a cualquier ciudadano que protestaba. El sector de los productores ilegales de coca del Trópico de Cochabamba amenaza con ocupar hospitales y “sancionar” a los médicos, con el beneplácito del Gobierno. Sin embargo, ni una sola palabra sobre el abastecimiento de materia prima para el narcotráfico. Como es el principal pilar de apoyo del Presidente Evo Morales puede seguir con su actividad ilícita, esa no es una actitud pro imperialista, ni de desestabilización de la democracia y del Gobierno, es una posición “revolucionaria”. Para finalizar, la última prueba de los métodos fascistas que utiliza el Gobierno del Presidente Evo Morales es la violación pública y descarada a la Constitución Política del Estado, al interceptar las llamadas telefónicas y presentarlas como “pruebas de la conspiración”. El caso de la diputada Marcela Revollo no es el primero, el propio Vicepresidente Álvaro García Linera afirma lo siguiente: “El 14 de Mayo, el Ministro de Gobierno, Llorenti, da a conocer que en base a una investigación sobre el registro de llamadas telefónicas realizadas por el dirigente de la COD de Oruro, Jaime Solares se puede comprobar el vínculo entre este dirigente y la derecha (diputadas Norma Piérola, Senadora María Elena Méndez y Andrés Ortega) (página 60 “Las tensiones creativas de la Revolución – La quinta fase del proceso de cambio”).” No solo Jaime Solares, también el dirigente Rafael Quispe del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) sufrió la intercepción de su teléfono y acusado de trabajar con la Embajada de los Estados Unidos. Los métodos fascistas a la luz del día, “la Ministra de Comunicación, Amanda Dávila, afirmó ayer que la privacidad de las autoridades se limita al domicilio en referencia a la querella que el MSM presentó contra el ministro Carlos Romero sobre un caso de espionaje y grabación de una conversación privada”(Página Siete 11 de mayo de 2012). La Ministra de Comunicación justifica la violación a los derechos humanos. La experiencia nos enseña que de planteamientos socialistas a acciones fascistas está plagada la historia, Musolini era militante socialista, Hitler del partido nacional socialista, solo para mencionar a los principales. Sin embargo, para el caso boliviano hay que recordar a Pol Pot, que se declaraba revolucionario, comunista y sembró el terror y la muerte en su país Camboya, con más de un millón de víctimas.

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